Me acuerdo de que en 2016 leí la entrada del blog de Elisa sobre el cuento “La ola” y me quedé enamorada. Pensé que algún día ese libro sería mío, yo sería profesora y haría una propuesta de arte con él, pues bien, 5 años después ese día ha llegado.
Estamos a principios de curso tras la vuelta de las vacaciones de verano, por lo tanto, es un momento ideal para leer el cuento ya que nos muestra (es un libro sin texto) la historia de juego entre una niña, las olas del mar y alguna gaviota que anda por ahí.
Con los de 3 años “leímos” el cuento, hablamos del mar, de sus sonidos, de los elementos que hay en la arena, de cómo son las olas y de cómo es bañarse en el agua.
No quería que se quedase ahí la cosa así que preparé una propuesta de arte en dos sesiones muy acorde al momento de exploración sensorial de los 3 años y del poco control motriz.
El primer día les ofrecí diferentes tonos de témpera azul para que pintasen las olas del mar, primero con el pincel, luego con los dedos para marcar las olas y por último con todas las manos (imposible evitar que pinten con las manos con 3 años). Algunos decían que sus olas eran grandes, otros que hacían remolinos, otros olas pequeñas…
Cuando se secó, les di diferentes ceras de color azul y blanco. Hablamos de los colores, teníamos el blanco, que todos conocíamos su nombre, azul claro y azul oscuro, pero ¿cómo se llamaba ese azul que no es ni oscuro ni claro? La cosa dio para un largo debate y al final decidimos llamarle “azul mediano” porque estaba en medio y no era ni una cosa ni la otra.
Les dije que pintasen olas y remolinos y este es el resultado de nuestra interpretación de olas del mar del cuento de Suzy Lee.