domingo, 19 de enero de 2020

Una mañana en mi aula

Este es el primer año que estoy de tutora en infantil (antes he estado en primaria, de especialista o de apoyo) así que llevo mucho tiempo pensando en qué haría si fuese tutora, cómo organizaría el aula, los tiempos, la metodología...y entre las cosas que tenía claro que quería hacer era cambiar las mañanas.

Aquí en España lo normal es que los niños entren por la mañana todos a la misma hora, se sienten en la asamblea, luego dependiendo de la metodología hacen alguna ficha u otro tipo de trabajo, desayuno y al patio.




Cuando trabajaba en Oxford teníamos una mañana flexible, eran unos 20 minutos en los que las familias iban entrando al aula poco a poco, se quedaban con los niños (o no) y se iban despidiendo, luego una vez todos en el aula hacíamos una pequeña asamblea (pero nada de ver qué tiempo hace o pasar lista...).

Pude ver cómo los niños entraban más relajados, iban felices a jugar con aquello que más disfrutaban y a nosotras nos servía para atenderles mejor y poder charlar con las familias. 

En mi centro no tenemos mañana flexible pero sí que hay cosas que he podido adaptar. El horario de la mañana es de 9:30-11:00 y luego el recreo de 11:00-11:30.

Por la mañana al entrar al aula los niños se ponen las zapatillas de estar por clase, esta es otra de las cosas que he incorporado este año. Ya no hay arena por todos lados, las alfombras están limpias y todos nos sentimos como en casa. Este es un momento que dura unos 10-15 minutos ya que por la mañana los niños aprovechan para contarse cosas, charlan mientras se quitan el abrigo, zapatos... 
Los que están listos pasan al aula y juegan con los diferentes materiales que hay en las estanterías y en las zonas.


No necesitan esperar a que esten todos para irse a jugar, cada uno va a su ritmo y a mí me permite estar con los niños que más lo necesitan mientras los otros juegan.

Muchas veces dejo provocaciones en la zona de construcciones, en el proyector, arte...otros días no. 


Los niños pueden jugar con todo lo que esté disponible, no hay carnés, ni equipos, van moviéndose por las diferentes zona del aula según sus intereses, pero claro, con un orden, por ejemplo en la mesa de luz, mesa sensorial y proyector puede un máximo de 3 niños, cuando dejo provocaciones en la zona de arte solo pueden ir tantos niños como sillas haya puestas. Ellos lo saben y se van regulando.
Si por ejemplo están jugando con un juego y quieren coger otro tienen que colocarlo en la estantería antes de coger el siguiente. 



Esto me permite conocer muy bien a los niños, sé sus intereses, sus gustos y sus preferencias. Tienen libertad para ir a las diferentes zonas pero claro yo les voy guiando muchas veces. Hay niños que no  saldrían de la zona de arte así que les dejo un rato y luego les voy proponiendo otras actividades, otras veces no pisan una zona y les voy invitando, proponiendo juegos...
Así es normal ver a niños escribiendo, otros pintando, otros leyendo...

Este momento dura 45-50 minutos, les aviso de que va acabando el tiempo de juego y para recoger pongo una canción al piano.




Cuando hemos acabado hacemos una asamblea. Ésta varía dependiendo del día, hay veces que enseñan algo que han hecho, cuentan a lo que han jugado, buscamos información del proyecto en el que estemos trabajando, cantamos canciones, nos cuentan cosas, escribimos palabras, presento nuevos materiales...

Después desayunamos (si hace buen tiempo salimos al patio y desayunamos bajo uno de nuestros árboles)  y al acabar toca ponerse los zapatos de nuevo y el abrigo y  sin darnos cuenta ya son las 11 y toca salir al patio. 




Cambiando el orden de la mañana he observado que los niños entran directos al aula, de hecho hay veces que por la mañana entran solos casi sin decir adiós a las familias, pueden empezar el día haciendo aquello que más les gusta y cuando empieza la asamblea ya han jugado, se han relacionado con los compañeros y están más dispuestos a escuchar.

Es verdad que al principio tenia muchas dudas de cómo podía empezar a presentarles los materiales, las normas y de cómo organizarlo sin que fuese una locura. Lo mismo otro día escribo sobre cómo empezar a tener unas mañanas de libre circulación.





4 comentarios:

  1. Hola, yo también he incorporado esta forma de entrar por las mañanas y después de tantos años he alucinado de lo mejor que ha sido el periodo de adaptación. Una entrada muy chula.

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    1. Hola Miren! La verdad es que poco a poco somos más las que vamos probando cosas nuevas y lo mejor es que vemos que funcionan.
      Muchas gracias por pasarte por aquí, un abrazo.

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  2. Me ha encantado tu entrada, Laura! Qué suerte que ya tengas tu clase y poder aprender aún más de ti. Pues la verdad es que este año en el periodo de adaptación yo cambié también el orden y fué genial. Luego volvi a hacer primero asamblea y luego trabajo por rincones. Pero tengo un grupo suuuper movido y eso me ha llevado a hacer cambios y leyéndote pensé que quizá les venía bien cambiar el orden y hacerlo como lo planteas tú...Pensaré a ver cómo lo organizo. Gracias!!! Un beso

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    1. Hola Elisa, la verdad es que si te funcionó al principio puede que te vuelva a funcionar, es cuestión de probar. Tengo una amiga que hace los jueves invertidos, hace todos los días de la forma "tradicional" y un día primero libre y luego asamblea. Puedes probar por ahí como algo excepcional y ver cómo se desarrolla la mañana, si ves que es mejor ya cambias a todos los días. Es una sugerencia pero se me ocurre que puedes empezar por ahí.
      Gracias por pasarte, nos leemos.

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